2007/06/27

Librerías, no todo está perdido

Dicen las malas lenguas que los grandes centros comerciales, y las grandes cadenas, están acabando con las librerías de barrio. Esas en las que los que te atienden son libreros (y no dependientes de la sección que toque), que saben de libros, que llevan mucho, mucho tiempo en el sector.
Quizá es que la gente aprovecha la compra semanal para hacerse con los últimos bestsellers, que como su nombre indica, son los que más se venden y, por tanto, los que dejan dinero. Y claro, cualquier librería que se precie debe tener no sólo esos, sino muchos otros. Que se venden poco, y que no dejan tanto. Y como además la gente no va, pues mal vamos.
Pero aún hay esperanza: hay lectores que distinguen, que valoran lo pequeño, lo personal, al librero por encima del vendedor. Y que como dicen los angloparlantes, está dispuesta a defenderlo poniendo dinero y trabajo.
Gracias a convalor llego a la noticia de El País, donde cuentan que ante el cierre inminente de una librería por razones personales de la dueña, los clientes han hecho piña y se han convertido en libreros.
Habrá que ir a hacerles una visita.

No hay comentarios: