2008/10/29

Otro híbrido con engranaje planetario

Si has leído el artículo del DRP del Prius, y has conseguido hacerte una idea de cómo funciona el engranaje planetario, posiblemente tengas la grata sensación que te deja haber comprendido el funcionamiento de este dispositivo, que tan esquivo resulta, a la vez que admirable.

Si eres creativo y tienes alma de inventor, lo mismo se te ocurren más utilidades para este sistema. Seguramente la forma concreta en que el DRP relaciona los tres motores / generadores estará patentadísima por Toyota, pero el engranaje planetario ya estaba inventado, así que algo parecido podremos hacer.

Engranaje planetario para bicicletaCuidado si te aventuras en ese terreno, que no eres el primero. En un grupo de simpatizantes del Prius alguien mencionó una patente de un engranaje planetario aplicado a un vehículo híbrido de tracción eléctrica - muscular. O sea, lo que podría ser una bicicleta con batería más motor. Precisamente, este motor está conectado a un planeta, los pedales a una corona, y el portasatélites transmite la fuerza hacia la rueda con tracción. Parece que esta configuración es mejor que otras ya existentes porque permite que los tres elementos giren en el mismo sentido, de modo que las pérdidas de energía en el engranaje son mínimas. De hecho, a una velocidad estable, los tres elementos giran como un bloque.

Bicicletas eléctricas ya hay; ignoro qué sistema emplean para conjuntar las dos fuentes de energía. Pero esta patente añade la ventaja de poder recuperar energía, al igual que en el Prius. Y, también igualmente, el uso de este planetario es capaz de hacer un limitado "cambio de marchas", de modo que las marchas clásicas de varios piñones / platos se pueden apurar más.

¿Habrá quien lo fabrique? Teniendo en cuenta que la patente es de 1992, si no lo hemos visto ya...

2008/10/24

Reciclar no, gracias

Ayer tuve una revelación. Tanto tiempo, tanto leído y escrito sobre las bondades del reciclaje, que uno llega a tener tan claro cuál es el camino correcto que no imagina que haya quien piense de otra manera. Como mucho, quienes no se plantean estas cosas. O incluso, quienes lo tienen más o menos claro, pero da tanta pereza...

Estaba yo recogiendo un pantalón recién arreglado. Cuando le digo a la señora que no me dé bolsa, que con la de tela que llevo me apaño, surge el tema:

- Anda, así que eres ecologista...

- Psché, se hace lo que se puede.

- Pues a mí, como empiecen con lo de las multas por no reciclar me pillan la primera.

- Bueno, en Madrid ya están en ello. Pero mientra llega aquí puedes ir cogiendo la costumbre...

- ¡Es que estoy en contra de reciclar! (indignada) ¿Por qué tengo yo que hacer ese trabajo? Que lo hagan ellos, reciclar es quitar puestos de trabajo. ¿No has visto nunca dónde recogen la basura? Mesas largas con filas de gente, separando todo.

- Entonces, mejor aún: vamos a tirar basura por las calles, para que pongan más barrenderos (después de decirlo, me asusté: pensé que tal vez le pareciera buena idea)

- Hombre, no es lo mismo... ¡Además, para una botella que gasto a la semana no voy a tener una bolsa!

Habría estado encantado de abundar en el tema, pero su estado de exaltación no dejaba sitio a una conversación razonable. Y me fui. Espero que no me haya puesto en ninguna lista negra.

Más tarde, a toro pasado, se me ocurre alguna idea. ¿No sería mejor tirar la ropa rota o pasada de moda? Porque si la arreglas, quitas puestos de trabajo en las fábricas de ropa... También le podría haber dicho que hay puestos de trabajo que tal vez deban desaparecer, pero seguro que entonces me habría echado a patadas. De todos modos, no creo que poner a gente a separar lo que no separamos cada uno sea económicamente viable.

En fin, lección aprendida: queda mucho por hacer. Y si alguien va también por allí y quiere incidir un poquito en el tema, pues estupendo.

2008/10/22

Lo que se dice y lo que no. Rosario Endrinal.

Esta mañana me he desayunado leyendo la noticia relacionada con el juicio contra quienes vejaron y quemaron viva a una indigente en un cajero. La he leído en Metro, y decía esto:

Se me ha ocurrido escribir este post al pensar, con muchas reservas, en dónde estaría la familia que ahora se acuerda de la víctima. Con muchas reservas, porque las circunstancias de cada uno son muy personales, y posiblemente incomprensibles para quienes no las conocen de cerca. Pero me llamaba la atención.

El caso es que, para escribirlo bien, busco el enlace a la noticia, y encuentro más cosas.

Para empezar, una carta abierta de su hija, en la que escribe sobre su madre. En ella Xantal, que así se llama la hija, "se muestra convencida de que muchas familias saben lo que es tener a una persona que quieren en una situación como la de Rosario, hacer todo lo que se encuentra en sus manos, pero, aún así, no poder cambiar nada". Y escribe que "quizás un día como hoy, mi madre habría decidido que debía empezar a aceptar ayuda para volver a ser quien había sido".

¿Y quién había sido Rosario Endrinal? Preguntando a Google se puede conseguir bastante información.

Un artículo nos cuenta que Rosario llevó una vida cómoda, que abandonó a su marido e hija por un directivo de la empresa en la que trabajaba y cuando, abandonada por él, volvió a Barcelona, su familia le dio la espalda y nunca pudo superar el desengaño amoroso. Pero la información más extensa la encuentro a través de este otro artículo y es un pequeño libro que Pere Meroño, periodista y escritor, publica tras investigar, preguntar y entrevistar, sacando a la luz la biografía de la víctima.

Muchas veces tenemos la certeza de que la realidad es más profunda que los titulares, o incluso que los artículos de los periódicos. Pero pocas veces somos conscientes de hasta qué punto.


Hoy, 12 de noviembre, ya hay sentencia. 17 años de cárcel para los dos angelitos. 16 por el asesinato, y otro "de daños por los desperfectos que causaron en el cajero automático". Ella, en cualquier caso, ya no lo verá. Pero si estos dos chavales piensan sobre lo ocurrido, si otros chavales piensan sobre todo esto, algo se habrá conseguido.

2008/10/20

Reciclar o pagar

El viernes oí en la radio una entrevista a Ana Botella, en calidad de Concejala de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Madrid. La causa era preguntarle acerca de la reaparición de la tasa por recogida de basuras, que llevaba más de 20 años desaparecida de Madrid. La crisis aprieta.

Aparte de esta tasa, se establecería una multa de hasta 750 euros para los vecinos que no reciclen correctamente, según determinen 300 inspectores que revisarán la basura con este objetivo. Surgen dudas, claro, de cómo se podría aplicar esta medida.

Aunque no parece estar del todo claro, da la impresión de que se centrarían en un control por comunidades de vecinos, yendo la multa a parar a la comunidad. Preguntada por lo injusto de esta medida, dijo la concejala que también se prorratean otros gasto. En la noticia del enlace se añade que los inspectores tratarán de encontrar al propietario de la bolsa a partir de restos de correspondencia, por ejemplo.

No me parecería raro que, en algún momento, ofrecieran a la comunidad alguna manera de señalar al infractor (como ocurre con las multas de Tráfico), aunque no veo cómo podría funcionar sin demasiada burocracia. Y que tampoco veo claro que se pueda asignar la basura a una comunidad determinada.

Por otra parte, he leído hoy un comentario de alguien que vive en Londres, y cuenta su experiencia allí. Cuando llegó, encontró que el criterio de reciclaje era distinto al español, por lo que no separaba bien la basura. Así que el servicio de recogida le dejó una nota diciéndoselo junto a su basura, añadiendo que sólo si lo hacía correctamente se la recogerían.

Y, como dice, más efectivo que cualquier multa parece ser encontrarte con tu propia basura a la puerta de casa.

Por cierto, la profesión esta de inspector de basuras debe de dar para algún chascarrillo. No me imagino la convocatoria de empleo para dichas plazas (supongo que pedirían algo parecido a Inspectores de Gestión de Residuos), o qué contarán a quienes les pregunten a qué se dedican.

2008/10/17

El césped más verde

Este post es curioso. El título puede engañar. Suelo hablar por aquí de ecología y economía, y en cierto modo se mezclan aquí las dos.

Por la parte de la ecología, hablando de césped, lo habitual sería decir que necesita de mucha agua, que (sobre todo en nuestra latitud) puede ser muy bonito pero poco práctico, más glotón y delicado que un jardín de tipo mediterráneo, o incluso un pequeño huerto.

Y... ¿dónde entra la economía?

Pues resulta que en Estados Unidos, donde la cosa está muy, pero que muy malita, deben de haberse juntado los que no tienen tiempo o ganas de cuidar su césped, y los que se han quedado sin trabajo (o, simplemente, no encuentran uno).

Una persona [en] ha encontrado negocio pintando de verde el césped. Sí, como suena. Imagino que por allí, sobre todo en ciertas zonas, lo normal es que cada casa tenga delante su parcelita de césped. Y si la casa está deshabitada, en venta, o vaya usted a saber, el césped se pone amarillo y hace muy feo. Incluso, de acuerdo con la teoría de la ventana rota, puede ser el principio de males mayores.

Así que llamas al pinta-césped y, por 200 dólares, te deja el jardín más verde del vecindario. Dado que muchos antiguos propietarios están dejando al banco las llaves de su casa en lugar de seguir pagando hipotecas, el negocio va estupendamente: ya ha realizado 3.000 servicios.

¿No es eso un ejemplo de imaginación al poder?

2008/10/09

Modos de vida para una crisis

En este post dejaba caer que la recesión (entonces aún no se podía decir crisis) podría dar lugar a que tengamos que plantearnos cosas que damos por sentadas, cambiar algunos aspectos del modo en que vivimos. Y que podría darse la vuelta a esto: si nos hubiéramos planteado estas cosas hace tiempo, si nuestro modo de vida fuera otro, es posible que la crisis no nos afectase tanto. Incluso podría no haber tenido lugar.

Sólo dejé asomar esta idea, sin concretar. Y hoy, en el boletín que envía Eartheasy, leo [en] un artículo que retoma esto. No pretendía traducir literalmente el artículo, pero al final sí cito la mayor parte de él.

El autor se remonta a su infancia, en los años 50. Habla de sus padres, de clase media y con un estilo de vida acorde. Orgullosos de las muestras de éxito, como el coche, pero considerando esenciales valores como la economía (en el sentido de estirar el dinero). En el jardín, tras los macizos de flores, había repollos y lechuga, guisantes y otras verduras.

Tras las verduras había una cuerda de tender, siempre con ropa. Aunque en casa había lavadora y secadora, no se consideraba gastar energía cuando se podía secar la ropa al aire.

Una de las responsabilidades del autor era cortar el césped. Al principio, con un [en] cortacésped manual. Luego con motor, pero eléctrico. La gasolina era barata, pero la electricidad aún más.

Lo normal era que la ropa tuviera parches. La ropa nueva estaba reservada para los domingos y ocasiones especiales. La eficiencia en el gasto era motivo de orgullo.

Hace pocos meses se realizó un estudio realizado en California en el que chicas de 16 años citaban su actividad favorita. Un 71% eligió "ir de compras" en primer lugar. Hace tan sólo una generación, en ese lugar habrían estado cosas como "bailar", "montar a caballo", "patinar", "cantar" u otros hobbies.

La creciente crisis de crédito actual está haciendo que la noción de ir de compras como entretenimiento llegue a su fin. Y aunque esto sea fatal para el comercio a corto plazo, a la larga será beneficioso disminuir el consumo per capita.

Aparte de la incertidumbre económica setá, por supuesto, la creciente preocupación por el cambio climático y sus consecuencias. Estas dos amenazas requieren soluciones complementarias, pues una economía sana necesita de un medio ambiente sano, energía limpia y un uso moderado de los recursos naturales.

Estamos viendo muchos cambios que parecen buenos para nuestro futuro. Gobiernos y empresas se están subiendo al carro de las energías renovables. Científicos e investigadores están buscando energía cada vez más verde, y estrategias de gestión de residuos que, hace 10 años, no habrían podido ser por falta de fondos para investigación. Se oye hablar de huertos comunitarios, y los trabajos "verdes" son una opción preferida por los graduados actuales.

Aunque la crisis nos afecte, hay que centrarse en los aspectos positivos y buscar las oportunidades que acompañan al cambio. Podemos aprender de las tradiciones de modestia y economía transmitidas por nuestros padres y abuelos. Compartir recursos no fungibles con nuestros vecinos, pasar más tiempo con nuestros hijos en lugar de comprarles cosas, aprender prácticas sostenibles y enseñar a nuestros hijos cómo desarrollarlas.

Así que, tal vez sin ser demasiado radicales, hay que aprovechar y poner de moda ciertas costumbres que ahora podrían estar mal vistas. No se trata de ir con la ropa rota, pero igual no hace falta cambiar el vestuario completo cada año. Y otras tantas cosas que ahora, con la excusa de la crisis, pueden volver a ser posibles.

2008/10/08

Los grandes problemas para el nuevo curso

Curioseando entre las palabras que la gente le suelta a google y que, a veces, hacen que terminen leyendo algo de este blog, he encontrado un repentino interés por los problemas de la humanidad. Los 3 más grandes, los 10, o en general.

Pienso en una causa posible para esto y, por la fecha, se me ocurre que tal vez a los escolares de algún curso les hayan puesto un trabajo con este tema. No sé si a propósito de la crisis, para abrir boca en Educación para la ciudadanía...

¿Alguien puede iluminarme? ¿Algún alumno con estos deberes? ¿Algún padre/madre a quien le toque, también, un encargo similar? O, por qué no, ¿alguna teoría radicalmente distinta?

Espero, en cualquier caso, que el post en cuestión les sea de utilidad. Por cierto, la crisis-económica-qué-grave-esto-se-hunde que nos aqueja parece no estar entre ellos.

Algo está cambiando en Leroy Merlin

El otro día recogí un folleto de estos grandes almacenes del bricolaje, decoración y demás. Podría decirse (por si algún lector no los conoce) que son la referencia para este tipo de artículos, sobre todo, sospecho, para no profesionales de la construcción (que, aunque también sean clientes, comprarán a fabricantes, o a otros proveedores).

Entre sus artículos están los más bonitos, cómodos y estupendos para la casa con jardín a la que todo el mundo, para ser alguien, debe mudarse (o aspirar a ello, al menos). Esas características son las importantes, las que los clientes buscan. Lo del respeto al medio ambiente o eficiencia energética son aspectos secundarios. Como ejemplo significativo, las estufas de exterior. Quemar gas para calentar la calle. No hace falta decir más.

Así que me sorprendió ver dos artículos en este catálogo que no recuerdo haber visto antes. Deben ser novedosísimos, porque ni siquiera los veo en la web. Sí que tienen, al menos (y no sé durante cuánto tiempo) el folleto en el que aparecen.

Se trata de un sistema de agua caliente solar, y de un compostador. Tengo la impresión que, al menos de entrada, no va a correr la gente a comprarlos y dejarles sin stock. Por otra parte también me parecería factible ir a por ellos y que no tuvieran. O que preguntásemos y ni supieran de qué estamos hablando. O que si pedimos información sobre otros modelos, o características que no estén en el folleto, nos puedan satisfacer.

Lo que me alegra en este sentido es que, o bien está naciendo un mercado para este tipo de elementos, o bien estamos asistiendo al primer paso de un gigante como éste, con capacidad de crear demanda donde no la haya.

El sistema solar, con ese precio, no será interesante para el que pase por allí y le dé por llevárselo sobre la marcha. Pero la ley que obliga a que un porcentaje del agua caliente consumida en los edificios nuevos de deba ser de origen solar (según zona; en Madrid, por ejemplo, un 70%), vigente de forma total desde hace año y medio, ayudará bastante.

Y del compostador... pues no creo que el precio sea impedimento. A poco que se lea sobre el tema puede uno encontrar las ventajas y probar, a ver qué ocurre...

2008/10/06

China vuelve su mirada a la bicicleta

Hace casi un año supe, de primera mano, que en China ya no se ven las antiguas imágenes de calles llenas de bicicletas, casi atascadas. Llegó la civilización, quien puede se compra un coche, y quien no, sueña con él. Pero resulta que ya empiezan a aparecer los inconvenientes del coche y, por suerte, alguien se ha acordado de la bicicleta:

Policía de Beijing vuelve a patrullar en bicicleta, después de una década

Puede que el título de este post sea algo pretencioso, teniendo en cuenta que hablamos de una noticia, relativa a la policía de Beijing. Pero creo que este hecho puede ser representativo de una tendencia, incluso crearla: quienes sientan envidia del progreso de la capital, midiendo éste por el número de vehículos motorizados, tendrán ahora otro aspecto en el que fijarse.

2008/10/03

El final de las bolsas de plástico

En el 20 minutos del lunes (edición papel) muestran alguna de las reacciones de los lectores a la campaña contra el uso indiscriminado de bolsas de plástico. Entre ellos, están estos:

No entiendo la campaña. La bolsa de plástico no produce impactos medioambientales salvo el visual, ya que es un material inerte que no contamina ni el suelo, ni el agua, ni la atmósfera. [...] ¿Por qué el plástico, cuando es 100% reciclable y reutilizable? Por favor, antes de hacer una campaña que juega con los puestos de trabajo, hay que estar informado.

En España la bolsa se reutiliza y recicla. Las bolsas biodegradables y de otros materiales son más perjudiciales para el medio ambiente. ¿Queremos destruir más puestos de trabajo de la industria enviándoles al paro?

Tal vez por eso el martes, en este mismo periódico, aparece un reportaje que despeja esas dudas. Su primera frase es: "Son altamente contaminantes, por lo que países de todo el mundo están reduciendo su utilización y se están buscando alternativas".

Que no se degraden no es una ventaja, precisamente. El impacto visual del vórtice de basura es evidente, pero no cuesta mucho imaginar que el impacto debe de ser mayor.

Del famoso lema de las tres R, las dos primeras y más importantes son Reducir y Reutilizar. Aplicado a las bolsas: usar el menor número de ellas posible, y usarlas varias veces. ¿Por qué? Pues porque ninguna cosa sale de la nada. Todo requiere de unas materias primas y un consumo de energía para ser fabricado, y las bolsas de plástico no van a ser menos. Cada vez que usamos y tiramos una de estas bolsas, esas materias primas y energía ya no servirán más.

Las bolsas de papel, o las construidas con material orgánico, se preocupan de ser reciclables, pero fallan en la reutilización. La alternativa, sin duda, es la de la bolsa de tela. A mí me costó un poco adoptar esa costumbre, pero ya la tengo. Una bolsa en casa y otra en el coche. En ella me cabe, casi siempre, toda la compra. En una de ellas, sí. Son grandes y resistentes, parece que durarán eternamente, las puedes lavar. Seguro que fabricarlas cuesta más, pero con una tienes hasta aburrirte. Y cuando no la usas, la metes dentro de la pelota y queda como lo de abajo a la derecha. Algo más grande que una pelota de tenis.

¿Y dónde tiras la basura? Porque esa parece ser una preocupación importante, a juzgar por los comentarios. Yo también lo pensaba. El caso es que, por mucho que uno se esfuerce, siempre entra alguna bolsa de plástico en casa. O si te quedas sin bolsas para la basura, pues coges una o dos. No más. O compras una caja de ellas. Me pregunto ahora dónde tirábamos la basura hace 20 años, cuando no había bolsas de plástico... ¿alguien se acuerda?

La otra preocupación es la de los puestos de trabajo. Hombre, pues sí, pero con ese mismo argumento tendríamos que defender o haber defendido a verdugos, fabricantes de gas mostaza, camellos y delincuentes en general, a los serenos, a los fabricantes de casettes, disquetes, cintas de vídeo, y a tantos profesionales cuya labor no es deseable o útil para la sociedad (o para quien esté dispuesto a pagar, al menos). Cada cual tendrá su drama personal, pero el puesto de trabajo no debe estar por encima de otras consideraciones. A mí me encantaría ganarme la vida comiendo y durmiendo, pero mientras no consiga que eso resulte útil a alguien, no esperaré que me paguen por ello. Mientras tanto, me he buscado otra cosa.

Por otra parte, los fabricantes de bolsas de tela, que seguro que cerraron alguna empresa hará unos 20 años, igual se plantean volver a abrir...