2008/09/30

Compost en casa

Este verano estuve en un taller de compostaje. En Pinto, apoyado y publicitado por el Ayuntamiento, a propuesta de Aulaga (e impartido por uno de sus miembros). En una segunda convocatoria pues, para sorpresa de los organizadores, el primero se llenó, y en el segundo estuvimos unas diez personas. Alegra saber que hay interés por estas cosas, aunque sea mínimo en relación al total de la población. Así de humildes somos...

Desde hace tiempo es una actividad que llama mi atención, sobre todo por la pequeña contribución a reducir la cantidad de basura que mandamos a los vertederos. El conseguir abono de calidad es interesante, pero yo diría que secundario.

He leído al respecto por muchas partes, por ejemplo en [en] eartheasy, [en] no impact man o ecofactory. La teoría está bastante clara, pero no lo terminaba de ver.

En el taller, de nivel básico en cuanto a conocimientos, nos contaron qué es el compostaje, los beneficios que aporta, y algo sobre su funcionamiento. Qué se puede echar y qué no, el equilibrio carbono (madera, materia "marrón") - nitrógeno (hojas, materia "verde"), y las cosas que pueden pasar y que no vaya como esperamos.

Después salimos a la calle. Tuvimos la oportunidad de ver una biotrituradora en acción, o cómo convertir ramas de árbol en viruta. Estupenda materia prima para el compostador o, simplemente, convertir voluminosos y molestos haces de ramas en medio saco de viruta.

Luego, al huerto. El taller tuvo lugar en un instituto. Santos, que impartió este taller, es profesor allí y (me da la sensación) "pirado" ecologista encargado de llevar adelante todas estas iniciativas: la del huerto, la de los compostadores (o composteros, como dice él), y alguna otra derivada, como recoger las mondas de fruta de todo el centro, o recoger el agua de lluvia.

En un pasillo hay varios bancales con algunas plantas sembradas, un invernadero, algún frutal, y tres compostadores. Que sirven de estupenda galería para ver distintos modelos, y ver qué es lo que nos puede salir de ellos.

Los modelos son muy similares, pero los pequeños detalles de diseño hacen que los menos buenos se abran por la presión de su contenido, y haya que ponerles escuadras de refuerzo. El mejor de ellos, por lo que se ve, aguanta el tipo perfectamente, además de ser de los que más fácilmente permite extraer el compost ya listo.

Este último es el que contiene el compost más logrado: una tierra oscura, fina y, como se dice en otros sitios, con ligero olor a bosque. De los otros dos, uno tiene exceso de carbono - madera (o falta de materia verde) y no progresa, el otro (creo recordar) estaba demasiado húmedo, no recuerdo bien qué le ocurría. Del de la madera van aprovechando y echando al "bueno" según va haciendo falta.

Santos llevó también el que tiene en casa; un vermicompostador, más pequeño que los otros, más apto para una terraza. Teóricamente diseñado para que las lombrices (lombriz roja californiana) hagan buena parte del trabajo; pero nos contó que, según las condiciones de humedad, mantener viva a la colonia de lombrices no es tan fácil, él aún no lo ha conseguido. Sin ellas tarda más, pero también funciona.

Las pegas habituales que todos llevamos están relacionadas con el olor y los bichos. El asunto del olor (la basura huele mal; si tiro ahí la basura, olerá mal) se entiende con varios matices: la basura huele como huele, sobre todo, por la falta de aire. Metida en bolsas, cubos, incluso en casa, el olor es el que conocemos. Con abundancia de aire la basura se descompone sin ese horrible olor. Y algunas cosas más rápido que otras: por eso, los compostadores son, casi, vegetarianos.

No es recomendable echarles restos de carne o pescado, porque tardan más en descomponerse. Aceptan encantados mondas de fruta o verdura (las de naranja resisten tiempo, ojo), serrín no tratado, restos de poda o limpiezas de jardín... En este último caso es importante que no haya semillas. De lo contrario, cuando echemos el resultado a nuestro bonito bancal de lechugas estaremos echando esas semillas, envueltas en abono. Pobres lechugas.

Y de los bichos: pues todo es relativo. Igual que es inútil ir al campo y molestarnos porque "hay bichos", el compostador es un organismo vivo, un ecosistema. El primero de los que vimos, el que mejor compost tenía, estaba inundado por las hormigas. Eso sí, no vimos ninguna hasta que lo abrimos. O sea, todas estaban allí dentro.

Igual que un campo sin bichos deja de ser campo para convertirse en parque temático, el compostaje cierra el ciclo de la vida: convierte lo que sería basura en materia orgánica, apta para volver a la tierra y servir de alimento. Es la vida la que hace esto posible, así que no es posible prescindir de ella.

La conclusión es que sigue el interés, ahora un poco mayor. Echaremos un vistazo a ver qué opciones hay; los posibles destinos son la terraza, o incluso un jardín de segunda residencia. Si al final prospera la idea, seguiremos informando.


Unos meses después, la cosa no pinta muy bien. La parienta considera que no está bien enseñarles a las hormigas dónde vivimos. Y lo de la segunda residencia, como que habría que ir con cierta frecuencia... En fin, yo sigo dejando la idea aparcada, y pinchando cuando hay oportunidad; cualquier día volverá a resurgir.

2008/09/28

Las cosas ya no son lo que eran

La CEOE sugiere olvidarse, durante un tiempo, de la economía libre de mercado.

Un fondo de inversión público chino negocia la compra del banco de inversión Morgan Stanley (via Escolar).

Y la jerarquía anglicana, criticando a los especuladores bursátiles, sobre todo los que juegan a la baja, ¡se acuerda de Marx y apoya su mensaje!

2008/09/19

Escolar sobre el libre mercado, quiebras y crisis

Ha publicado últimamente Escolar (que se vende caro, desde que empezó Público a gestarse) varios posts, sobre temas que también me llaman la atención.

Al hilo de los posts privatizadores, habría que recordar las palabras de Gerardo Díaz Ferrán, presidente de la CEOE:

Se puede poner un paréntesis a la economía libre de mercado

Que viene a ser una forma sutil de sugerir medidas como las que se están viendo en Estados Unidos, o se están planteando en España (mira, de éste sí escribí).

Tampoco se libra la caída de Lehman Bros, con reflexión asociada,

Todo causas, o consecuencias (no está muy claro) de esta crisis que, como decían ayer en la radio, "llevaba un tiempo gestándose y ha explotado en el peor momento". Justo en plena crisis, pienso yo. Como el adelantado Don Rodrigo, que fundó Caracas en pleno centro de Caracas... ¡que ya estaba fundada!"

El LHC, el fin del mundo y SolbesA veces pienso que la criticada frase de Pedro Solbes, la de bendita crisis que hará una buena limpieza, tiene buena parte de verdad, lo sepa él o no. La lástima es que estas cosas siempre sienten peor a los mismos de siempre.

2008/09/18

Cómo engañar con el lenguaje

En los últimos meses se han inaugurado en la Comunidad de Madrid siete nuevos hospitales y cincuenta y seis centros de salud, lo que ha supuesto un paso más para que los madrileños puedan recibir asistencia sanitaria más cerca de sus hogares, consiguiendo así mayor rapidez y comodidad.

Así empieza una carta del Servicio Madrileño de Salud en la que se informa de que, tras el traslado del Hospital Puerta de Hierro a Majadahonda, el distrito de Valdezarza tendrá como hospital de referencia la Fundación Jiménez Díaz. Sin entrar en mucho detalle, parece estupendo, ¿verdad?
Ver mapa más grande

En el mapa se ven representados los hospitales PdH (pincho rojo) y Jiménez Díaz (pincho verde). La zona marcada en rojo es (según yo imagino, con la poca información que tengo) la que habrá recibido esta carta; parecería lógico suponer que también otras zonas de alrededor la habrán recibido. En cualquier caso, como se puede ver fácilmente, la Jiménez Díaz no está más cerca; sólo estaría más cerca para quienes vivieran al sur de la línea del mapa.

Y en fin, que no estamos tan mal. Si se ha perdido cercanía, no es nada en comparación a la situación de Majadahonda, también en el mapa (pincho verde), bastante más a la izquierda. No sé si se me escapa algo, pero que un señor que viva cerca de Puerta de Hierro, para recibir atención de urgencia, tenga que desplazarse a Majadonda... en fin, que como sea muy urgente, no llega, se muere por el camino.

Esta queja (a la que me refería en este otro post) no es más que un aspecto más de la fiebre privatizadora que nos invade. Aunque la voz del poder siempre es más agradable y más fuerte, siempre hay gente que protesta. Sobre Puerta de Hierro, y sobre el desmantelamiento de la sanidad pública en general.

Aparca tu bici e hincha las ruedas

Ahora que parece que la gente se va enterando de las bondades de los aparcamientos en U invertida frente a los de meter rueda, que se estilaban más antes, puede que haya llegado el momento de ir más allá.

Leo en [en] Springwise que en Holanda alguien ha visto uno de estos aparcamientos en U invertida, ¡con bomba integrada! No parece mala idea, salvo porque aquí habría que dotarle de sistemas antivandálicos, o alguien encontraría la manera de llevarse la bomba a casa. Y seguro que así perdería parte de su gracia.

No creo que nadie pueda montar una empresa y forrarse con esto, pero quienes ya se dediquen a fabricar/instalar estos aparcabicis podrían ir ofertando alguno así... Eso sí, con manómetro, ya que estamos, ¡sería un detallazo!

Privatización del agua

Hace un par de días me mosqueé un par de veces, ambas relacionadas con la Comunidad de Madrid. De la primera hablaré en breve.

La segunda fue al oír lo más destacado del discurso de Esperanza Aguirre de ayer: quiere privatizar el Canal de Isabel II.

Por encima, todo parece muy razonable. Hace falta dinero, incluso para que el propio Canal mejore sus infraestructuras; ¿de dónde lo sacamos? ¡A privatizar! Y luego dejamos que los madrileños (¡qué bien lo hemos hecho!) puedan comprar acciones.

Pero claro, pensando un poco más, no es tan sencillo. Si pedimos a unos señores que nos den dinero a cambio de una empresa, ellos querrán algo a cambio. Querrán mandar en la empresa, que se haga lo que digan. Y seguro que quieren obtener beneficios. No un poquito, sino todos lo que se puedan. Para eso son las empresas; para garantizar un servicio, no siempre con beneficios, están las ONG y el Estado.

Santiago Marín, de Ecologistas en acción, comparaba esto con entregar los bosques a una empresa privada, y buscar cómo sacaría beneficios de ello. No entro en ello, pero seguramente del agua se pueda sacar algo; no en vano, la Crisis global del agua parece ser uno de los grandes problemas de la humanidad.

Que yo sepa, en este país no existen sociedades con participación externa, cotizadas en bolsa, en las cuales el Estado (o cualquier otro ente similar) sea socio mayoritario. Al menos, de ese modo, tendría el control sobre la sociedad. Como mucho, cuando el Estado vendió empresas como Argentaria, Endesa o Telefónica se reservó la acción de oro, un derecho a veto a nuevos socios, y con fecha de caducidad. Nada sobre la gestión interna.

En fin: que miedo me da que toquen estas cosas, que sí son vitales. Que utilicen políticas de empresa privada (mal gestionada), de beneficio rápido, de "mira qué bien lo he hecho este ejercicio y el que venga detrás, que arree". Porque cuando el dinero de vender el Canal se haya gastado, ni habrá dinero ni habrá Canal.

2008/09/11

Reflotar a las constructoras

Ayer tuvo lugar la segunda comparecencia de José Luis Rodríguez Zapatero ante el congreso. Las noticias que más se oyeron, hasta ayer, son dos. Hubo que madrugar, pues cambia el anterior horario de tarde pasa a ser de mañana; tal vez a las 9:00, tras tomar el primer café, sus señorías estén más despiertas que a la hora de la siesta. Y también que el presidente empezó la sesión con la frase “No esperen una nueva batería de anuncios o propuestas en el día de hoy, no tiene sentido improvisar o aprobar todos los días nuevas iniciativas”, y el juego que dio para que Rajoy respondiera con su premonitoria frase de “¿A qué ha venido hoy usted hoy aquí?

Hoy sospecho que se hablará más. Para empezar he visto algunos artículos (éste, por ejemplo) que me resultan inspiradores; se refieren a las medidas encaminadas a reflotar (o, al menos, a suavizar el golpe de) las empresas constructoras. Pinchada la burbuja del ladrillo, ahora que nadie compra, por esperar a que baje o porque, simplemente, no llega entre el paro, los aún muy altos precios y, sobre todo, el boyante Euribor, que ese sí que no ve crisis.

En resumen: si el problema de esas empresas es, básicamente, de liquidez, inyéctese liquidez. ¿Y de dónde sacamos el dinero?

Pues por una parte, del ICO. Se anunció la apertura de una nueva línea de mediación por importe inicial de 3.000 millones de euros, cuyo objeto es refinanciar la deuda, alargando el plazo de la misma (seguro que no se lo ponen tan difícil como a la pobre mujer del post que enlazo). En principio, la condición exigida es que las viviendas que no se puedan vender se pongan en alquiler. Así, a lo mejor, crean oferta para la demanda que, queriendo emanciparse, no está por comprar.

Los bancos siguen cobrando los préstamos, las empresas cobran alquiler y, con ello, pueden pagar, y el resto del mundo encuentra vivienda de alquiler.

¿De dónde más podemos sacar dinero? Pues de cualquiera que lo tenga. Para ello se prevé la autorización de las sociedades cotizadas de inversión en el mercado inmobiliario. Lo primero que me viene a la cabeza son los Fondos de Inversión Inmobiliaria; hay unos pocos y, aunque son Fondos de Inversión, tienen su propia regulación y normas. Dado que cotizarán en bolsa y su objetivo será la inversión en bienes inmuebles, tal vez se parezcan más a una empresa de inversión cotizada (como Dinamia o Criteria. O a un FI cotizado (ETF). Y me pregunto cómo, si los FII están obligados a publicar valores de participación una vez al mes (mediante tasación independiente), vamos ahora a poder presentar un valor en tiempo real.

Pero estos detalles no son sino detalles. La cuestión es, ¿no han aprendido nada? La imagen de cualquier empresa relacionada con el sector inmobiliario no creo que sea precisamente buena, sobre todo de cara al gran público (a quien parece que se dirigirían, dado el requisito de cotizar en bolsa). Asociadas al mercado inmobiliario y también a la bolsa está la idea de la revalorización de participaciones, el pelotazo, etc. Y no creo que esté el mercado para estas alegrías. Tal vez mirando al sector más bien como si se tratase de renta fija, podría tener sentido. Pero al final se trataría de refinanciar, de obtener beneficios por prestar dinero. O sea, más o menos el negocio de los bancos, que ni por asomo creo que estén dando dinero ahora a las constructoras. Si a Fitch o a Moody's les piden calificación para estas empresas, seguro que les da la risa.

La principal salida que veo a este invento es que las propias constructoras, directa o indirectamente, monten tales empresas para aprovechar la exención del impuesto de sociedades sobre los beneficios que obtengan de los inmuebles (plusvalías o alquiler).

Me cuadra tan poco que seguro que me he perdido algo. Habrá que ver cómo avanza, a ver si le encuentro el sentido.

2008/09/09

El espacio, ese bien tan escaso

He visitado por primera vez un blog que me parece muy interesante. Se trata de Diario de un peatón, y mira el mundo desde la perspectiva que da ir a pie y, sobre todo, no ir en coche.

Así vemos muchas fotos-denuncia relacionadas con obras que nos dejan sin acera, autoridades que aparcan donde no deben, o semáforos olímpicos (o corres, o no llegas).

Otros artículos, más generales, hablan de la magnífica farsa del polvo africano, de fomentar el uso del transporte público mediante la gratuidad a menores...

Y mencionan un par de experimentos que me llamaron la atención en su momento y que, por una cosa o por otra, no llegué a mencionar.

Un argumento en contra del uso del coche para todo es el del espacio que ocupa. Se suele hablar más de contaminación, pero el tamaño de los vehículos es lo que evita u ocasiona atascos.

Los atascos causan una velocidad baja, no son consecuencia de ella. Lo que causa los atascos es que el espacio en las calles es limitado, y no caben más coches que los que caben. Así que resulta muy esclarecedor el experimento que realizaron hace unos años en Münster, una ciudad alemana, comparando el espacio ocupado por 50 personas que se desplazan en coche, en autobús, a pie, o en bicicleta.

Y hace menos, en enero de este mismo año, en Alicante realizaron un experimento similar, para probar lo poco que ocupan 50 personas en bicicleta o autobús frente al uso del coche particular y hacer ver lo conveniente de un carril bus.

El mensaje está claro. Tanto, que hasta en el Ayuntamiento lo entendieron, y se comprometieron a incluir el carril bus que pedían, así como espacio reservado para la circulación de bicicletas.