En el 20 minutos del lunes (edición papel) muestran alguna de las reacciones de los lectores a la campaña contra el uso indiscriminado de bolsas de plástico. Entre ellos, están estos:
No entiendo la campaña. La bolsa de plástico no produce impactos medioambientales salvo el visual, ya que es un material inerte que no contamina ni el suelo, ni el agua, ni la atmósfera. [...] ¿Por qué el plástico, cuando es 100% reciclable y reutilizable? Por favor, antes de hacer una campaña que juega con los puestos de trabajo, hay que estar informado.
En España la bolsa se reutiliza y recicla. Las bolsas biodegradables y de otros materiales son más perjudiciales para el medio ambiente. ¿Queremos destruir más puestos de trabajo de la industria enviándoles al paro?
Tal vez por eso el martes, en este mismo periódico, aparece un reportaje que despeja esas dudas. Su primera frase es: "Son altamente contaminantes, por lo que países de todo el mundo están reduciendo su utilización y se están buscando alternativas".
Que no se degraden no es una ventaja, precisamente. El impacto visual del vórtice de basura es evidente, pero no cuesta mucho imaginar que el impacto debe de ser mayor.
Del famoso lema de las tres R, las dos primeras y más importantes son Reducir y Reutilizar. Aplicado a las bolsas: usar el menor número de ellas posible, y usarlas varias veces. ¿Por qué? Pues porque ninguna cosa sale de la nada. Todo requiere de unas materias primas y un consumo de energía para ser fabricado, y las bolsas de plástico no van a ser menos. Cada vez que usamos y tiramos una de estas bolsas, esas materias primas y energía ya no servirán más.
Las bolsas de papel, o las construidas con material orgánico, se preocupan de ser reciclables, pero fallan en la reutilización. La alternativa, sin duda, es la de la bolsa de tela. A mí me costó un poco adoptar esa costumbre, pero ya la tengo. Una bolsa en casa y otra en el coche. En ella me cabe, casi siempre, toda la compra. En una de ellas, sí. Son grandes y resistentes, parece que durarán eternamente, las puedes lavar. Seguro que fabricarlas cuesta más, pero con una tienes hasta aburrirte. Y cuando no la usas, la metes dentro de la pelota y queda como lo de abajo a la derecha. Algo más grande que una pelota de tenis.
¿Y dónde tiras la basura? Porque esa parece ser una preocupación importante, a juzgar por los comentarios. Yo también lo pensaba. El caso es que, por mucho que uno se esfuerce, siempre entra alguna bolsa de plástico en casa. O si te quedas sin bolsas para la basura, pues coges una o dos. No más. O compras una caja de ellas. Me pregunto ahora dónde tirábamos la basura hace 20 años, cuando no había bolsas de plástico... ¿alguien se acuerda?
La otra preocupación es la de los puestos de trabajo. Hombre, pues sí, pero con ese mismo argumento tendríamos que defender o haber defendido a verdugos, fabricantes de gas mostaza, camellos y delincuentes en general, a los serenos, a los fabricantes de casettes, disquetes, cintas de vídeo, y a tantos profesionales cuya labor no es deseable o útil para la sociedad (o para quien esté dispuesto a pagar, al menos). Cada cual tendrá su drama personal, pero el puesto de trabajo no debe estar por encima de otras consideraciones. A mí me encantaría ganarme la vida comiendo y durmiendo, pero mientras no consiga que eso resulte útil a alguien, no esperaré que me paguen por ello. Mientras tanto, me he buscado otra cosa.
Por otra parte, los fabricantes de bolsas de tela, que seguro que cerraron alguna empresa hará unos 20 años, igual se plantean volver a abrir...
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