Todos hemos bufado alguna vez por tener que ir esquivando los restos perrunos que pueblan nuestras calles. La gente, en general, reniega mucho de los perros, aunque el problema no son ellos, sino los amos, responsables de la educación del perro y, sobre todo, de la suya propia.
Como muy a menudo no existe tal educación, se puede apelar al otro resorte que nos hace movernos, el bolsillo. Buscando, leo que hay multas de 300 euros para quienes sean sorprendidos "abandonando en la acera las heces de su perro". En 2005 se pusieron 3 de éstas; viendo las calles, algo no cuadra.
En un reciente viaje por Escocia vimos la señal que acompaña a este post. La multa no es ridícula, unos 60 euros, pero tampoco muy grande, nada en comparación con los 300 citados antes. Eso sí, la gente es consciente de que existen, y comparando aquellas calles con estas, estoy seguro de que sí las cobran.
Por cierto, he leído también en menéame acerca de la noticia que nos cuenta que "Un madrileño se enfrenta a una sanción de hasta 6.000 euros por tirar una colilla en Timanfaya". No es lo mismo, pero me alegro de que se vayan sentando este tipo de precedentes. Veremos en qué queda al final, y si cunde el ejemplo.
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