2009/08/26

Descanse en paz

Habrá quien piense que tengo costumbres raras. Vale, podría ser. No es que vaya buscando hacer este tipo de visitas, pero si paso por delante de un cementerio, no me importa asomarme un rato.

Hay casos especiales, como el Père-Lachaise o Vysehrad, donde uno va a ver arte o tumbas de personajes célebres. Pero en cualquier caso, aun en los más pequeños o humildes, se puede captar algo del lugar, de su forma de pensar, de relacionarse con la muerte. No es lo mismo un cementerio español que uno norteamericano o centroeuropeo.

Y qué narices, más raro es encontrar un blog dedicado a los cementerios...

En este caso, me llamó la atención esta lápida.

Seguro que hay otra explicación, pero se me pasa por la cabeza lo largos que se le harían a Dª Trinidad los 21 años que tuvo que esperar a que su marido se uniera a ella y descansaran, ya, juntos por siempre.

Porque en otro caso, lo lógico sería que ella figurase en primer lugar, como ocurre en otros casos, donde se van grabando los nombres de los difuntos a medida que lo son.

Pero imagino que eran otros tiempos, en los que llevar los pantalones en casa significaba un lugar de privilegio, no sólo en vida sino también después.

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