El año pasado escribí un post más o menos jocoso, llevado por las búsquedas que la gente hace buscando ideas de negocio.
He vuelto hace poco de viaje, de Cantabria, y he visto algunas cosas que me resultan interesantes. Son tres ideas bien distintas, y más o menos serias.
La primera de las ideas parte de buscar una necesidad, algo por la que la gente estaría dispuesta a pagar. Como por ejemplo, una bebida fresca justo al terminar la subida al mirador. Me busco un banco, una sombrilla, una neverita con alguna bebida, y ya está.
Supongo que podría compararse con los vendedores ambulantes de las playas o zonas de picnic. Podría hablarse de que si no pagan impuestos, competencia desleal, etc. La verdad en este caso es que a nadie se le ocurriría montar un negocio ahí así que, como no exista el epígrafe de autónomos de "vendedor ambulante"...
La segunda es bastante más seria, y nace a raíz del descontento de los ganaderos cántabros. Cuentan que el precio que reciben por la leche de sus vacas es ridículo, sobre todo en comparación con el PVP final que paga el consumidor. Ya he hablado de esta situación en alguna ocasión. En este caso no se puede copiar el modelo de venta por internet; el producto es altamente perecedero, la entrega debería ser inmediata y, salvo en ocasiones, el tamaño del pedido no lo haría rentable. Lo que han hecho es instalar máquinas expendedoras donde uno puede adquirir un litro de leche y llevárselo en su propio recipiente, o incluso adquirir una botella de vidrio. También se vende por vasos, para consumir allí mismo.
Esto es, más o menos, lo que he aprendido sobre el terreno. Ahora, buscando más información, me entero de que es una empresa la propietaria de las máquinas, que las explota en asociación con una ganadería. Nada de la cooperativa que suponía yo. Si esto va bien, imagino que se presentará como un canal de distribución más, dando entrada a otras ganaderías.
También me choca averiguar que la iniciativa viene avalada por el éxito italiano, con 1.200 máquinas en funcionamiento, y que ya se ha probado en otras tres comunidades (Cataluña, País Vasco y Navarra). Me da la impresión de que la iniciativa parte de quienes deciden comprar y explotar las máquinas, más que de los ganaderos.
El artículo, de junio, habla de varios puntos donde instalar máquinas, entre los que no está Santoña, donde hice la foto. Y resulta que precisamente en esta máquina, la sexta casi a día de hoy, se han llegado a vender 1.200 litros en un día. Dice también el artículo que el precio de un euro / litro es barato, pues los envasadores habituales sacarían hasta tres litros de éste, mucho más puro.
No sé con certeza qué tratamiento se hará de la leche; hablan de un tiempo de dos horas entre el ordeño y la venta, y de leche humeante. Supongo que se realiza una pasteurización antes de cargarla en el camión cisterna, de modo que aún puede llegar caliente a la botella.
No llegué a probar la leche pero, cuando vuelva a tener oportunidad, lo haré.
¿Y cómo surgió la tercera idea? En esta ocasión, llegó sin buscarla.
Unos libreros, con tienda en Barakaldo, se encontraron con el problema de su stock amenazaba seriamente con no caber en la tienda. Así que en un pequeño pueblo encontraron un garaje donde guardar lo que no les cabía. Y resulta que mientras andaban colocando libros, la gente que pasaba se les acercaba a preguntar. La cogieron al vuelo, abrieron unos pasillos entre las estanterías, y ahora pasan allí un par de meses en verano.
No sé si venderán mucho, pero están a la entrada del pueblo. Está en el camino de una de las playas de por allí, hay algún edificio notable, así que no faltará trasiego. Si lo que hay allí es lo que no cabe en la librería grande, no me imagino lo que deben ocupar las 47.000 referencias de que disponen en su página web.
Si vais por allí, decidles dónde les conocisteis.
Como suele pasar, nada de esto resulta realmente útil para montar el negocio del siglo y a vivir. Pero a lo mejor da alguna idea...
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