2008/05/21

Reunificación de deudas, consecuencias

Me he desayunado con el periódico de ayer. Y leo, en Metro una noticia acerca de las reunificaciones de deuda. El titular no es muy espectacular; google da muchas referencias, aunque luego son más bien artículos que advierten, que tengamos cuidado, que no son bancos y por tanto no están regulados, etc.

Pero es la primera vez que leo sobre un caso concreto, con datos concretos. Tan grave me parece que no me lo quiero creer, pero tengo la impresión de que sí. Y a lo mejor el primer caso es el más difícil, y se empieza a oír de otros. Con la que se avecina, además.

El artículo comienza citando a un responsable de una asociación que agrupa a unos 3000 afectados por este tipo de operaciones: "El número de denuncias por estafas relacionadas con la reunificación de deudas crece cada día". Imagino que, como siempre, habrá que ver qué se entiende por estafa. En sentido estricto, yo entiendo que se firme un contrato y una de las partes no cumpla con su compromiso.

Creo que, en estos casos, no habrá mucho de eso. Más bien se habrán firmado y asumido una serie de compromisos desproporcionados, por necesidad, desconocimiento o incluso engaño. Sólo así se entiende cómo se aceptan las condiciones que, según este mismo artículo, se dan. Intereses de euribor más ocho puntos, pagos adicionales por gastos y comisiones de cancelación de créditos y tarifas de intermediarios. "En algunos casos te piden hasta un 800% de intereses y por una deuda de 6000 euros puedes perder tu casa".

Es el caso de María (nombre ficticio), que acudió a una de estas empresas. Le prometieron reducir su deuda mensual de 700 a 225 euros. Tras un año de gestiones y el pago de 3000 euros, llegó el día de firmar. Y la obligaron a firmar la compraventa de su piso, asegurándole que no tenía valor jurídico, que era una operación ficticia. Después, un día descubrió en el banco que ya no debía nada por el piso. Habían puesto todo a su nombre (los de la agencia) y le dijeron que, si quería volver a "su" casa, tendría que ser de alquiler.

Tras dos años de lucha en los tribunales, se ha visto obligada a abandonar su casa y su ciudad.

Uno se pregunta qué pondría en ese contrato de compraventa, cuál es el precio que, según él, recibió María. Lo más probable es que fuera una cifra razonable, y que con su firma la diera por recibida. Cualquier día le pregunta Hacienda por qué no ha declarado por la plusvalía...

En fin, en resumen: que nadie da nada gratis. Que no todo el mundo es bueno (en realidad, cada vez parece ser más al contrario) y que no se puede firmar nada sin leer. Que en cuestiones de dinero, si no se sabe, vale la pena buscar una segunda opinión más entendida.

2 comentarios:

unificación deudas dijo...

Tienes razón, por desgracia como el caso de "Maria" han ocurrido muchos, por eso siempre es obligatorio revisar muy bien y ser precavido antes de firmar, y si se tiene dudas, acudir a personal especializado externo para resolverlas.

Refinanciación de deudas dijo...

En efecto, hay que ser cuidadosos con quien se firma. Acudir a gente adecuada.