No es éste un post relacionado con los temas habituales. Pero he encontrado que algunas personas llegan a este blog buscando soluciones para arreglar su persiana, asi que ahí va este escrito de "servicio público".
Los arreglos más habituales son el cambio de la persiana en sí, toda o en parte, o el cambio de la correa.
Cambio de persiana
Lo primero resulta, como poco, engorroso: hay que abrir la caja, sacar toda la persiana, y cambiar las tablillas que estén rotas, o todas.
Antes de empezar tendremos que asegurarnos de que tenemos las tablillas que queramos poner, y que son iguales que las que ya tenemos. Iguales porque encajen con las otras, y también de ancho, para que no nos rocen ni dejen huecos. Si resulta que luego no nos valen, tendremos que quedarnos con la persiana descuajeringada.
Para abrir la caja suele bastar con un destornillador. Para quitar los tornillos, y para hacer palanca. Mucho cuidado aquí: si tenemos pintura encima, será casi inevitable que caiga parte. En este sentido poco se puede hacer, más allá de tener todo el cuidado posible.
Una vez abierta la caja, habrá que quitar los topes de la persiana. Después, subirla del todo y, cuando asome por el tambor, meter el extremo dentro de casa y bajarla del todo.
Ya podemos sacar tablillas y poner las nuevas, bastará con empujarlas hacia un lado. Se puede meter la nueva a la vez que se saca la antigua, así evitaremos quedarnos con dos trozos de persiana.
Si se trata de cambiar la persiana entera habrá que desengancharla del tambor. Suele estar atada con un par de trozos de cuerda de persiana. Lo mejor será fijarse y tomar nota para, después de separarla, poder atar la nueva.
Este sería buen momento para pegarle una limpieza. Es difícil hacerlo bien normalmente, así que se puede aprovechar antes de colocarla de nuevo.
Para terminar habrá que deshacer lo hecho: enrollar la persiana, pasar el extremo por la abertura hacia la calle, bajarla un poco y ponerle de nuevo los topes. Una vez que comprobemos que funciona correctamente, volver a poner la caja y, si procede, intentar arreglar los desperfectos.
Cambio de correa
Esta otra reparación tampoco resulta muy difícil, sólo hay que tener en cuenta algunos trucos. En la web de Consumer hay un artículo que describe el proceso.
Antes de empezar, necesitaremos la nueva cuerda, un destornillador y unos alicates.
Empezaremos quitando la tapa de la caja de la persiana. Ahora habrá que subir la persiana del todo y bloquearla, para que no se baje (pues vamos a soltar la cuerda que la sujeta). Podremos hacerlo con una pequeña cuña, un corcho, o cualquier otro objeto pequeño que encaje.
Si no queda estirada la cuerda del todo, es posible que haya que quitar los topes de la persiana para subirla un poco más. Una vez que lo hayamos conseguido, veremos cómo va sujeta la cuerda a la polea del tambor. Hay que tomar nota para fijar igual la nueva.
Cuando la tengamos suelta, hay que hacer lo mismo con la parte de abajo: sacarla de la pared, tirar de la cuerda, y ver cómo está sujeta.
Ahora hay que poner la correa nueva, sujetarla al recogedor y enrollarla, girando el cilindro. Ya podemos volver a colocar el recogedor en la pared, teniendo cuidado para que no se meta la cuerda del todo. Una pinza que haga de tope puede ayudar.
Hay que estirar de la cuerda hasta que llegue a la polea del tambor. A él deberemos fijarla como estuviera antes, con un tornillo, o un nudo. Si es con nudo, no debe abultar mucho, pues encima deberá encajar la cuerda que se vaya enrollando.
Hecho esto sólo queda comprobar que todo funciona correctamente. Si es así, colocar la tapa en la caja, y ya está.
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