20 de enero: La fase del contacto lateral ya está. Envío un mensaje al Director General contando mis problemas, con un enlace a esta serie de posts.
21 de enero: La responsable del departamento de atención al cliente de Simyo se pone en contacto conmigo.
Me cuentan lo habitual: el problema es que se ha enviado pero, al no poder contactar conmigo, se ha devuelto. No se explica cómo (siendo el envío por Correos) no se deja nota de aviso (sin la cual no puedo recogerlo), ni en el destino saben nada, teniendo en cuenta que hay portero casi todo el día. Tampoco se explica que entre llamadas separadas por menos de 7 días, el teléfono haya ido y vuelto (si en Correos pasa 15 días).
Acepto las disculpas y también espero, desde luego, que vaya bien a partir de ahora. Agradezco los 30 euros que me regalarán como compensación, y espero que sean añadidos a los 50 euros incluidos en la promoción con la que me apunté. Estos 50 euros se descontarían a razón de 10 al mes; por supuesto, espero que no empiecen a contar desde noviembre, sino a partir de la primera llamada que he realizado, momento en que se activa la tarjeta.
22 de enero: Recibo el teléfono. Da la casualidad de que estoy, de modo que no puedo saber cómo funciona lo de los avisos o qué hubiera pasado si no estuviera. Desde luego, sí está claro que alguien habría preguntado por mí.
El teléfono... no es el que pedí, y de momento no me convence mucho; veremos qué tal cuando le pille el tranquillo.
La cuestión, sobre todo, es: si al final, hablando con quien había que hablar, esto se resuelve en tres días, ¿son necesarios dos meses para hacerlo siguiendo los cauces normales? Algo falla...
1 comentario:
¡Pero qué paciencia!
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