Graze hacía hace poco en su blog su reflexión acerca de la propuesta realizada por Zapatero de poner un ordenador a cada niño de 10 años.
Le dejé un comentario recomendando la lectura de otro post, que imagina un posible escenario donde ese ordenador, personal para cada niño, pueda ser el camino para el futuro que Stallman imaginaba en Derecho a leer, donde los libros de texto estarían en el ordenador, y serían personales e intransferibles.
Remata la carambola [en] otro post que leo hoy. Seth Godin determina, directamente, que asignar un libro de texto a una clase es erróneo, una mala práctica. Se trata de textos cuyo contenido, más allá de los dibujos o las florituras, no resulta innovador, no cambia especialmente. No aporta grandes avances, por lo que el valor que aportan sobre un texto anterior no es significativo.
Tampoco tiene sentido que sean una mera colección de conocimientos a memorizar, en un mundo de hipertexto, enlaces, wikipedia. Aportarían valor si dieran un contexto, una base que diera sentido a las informaciones que ya están disponibles en otros sitios.
En muchos casos, ni están al día, ni su contenido se adapta perfectamente al del curso.
Todo esto, según él, por un precio de entre $50 y $200 por libro. Se refiere a libros de marketing. Un nicho muy concreto, que él considera posiblemente representativo de otros textos de enseñanza superior.
¿Qué solución propone? Es parte del trabajo de catedráticos y demás profesores publicar textos. Por ello, deberían dedicarse a publicar capítulos, o breves reseñas sobre diversos temas, y ponerlos a disposición del público.
Luego, cuando un profesor empezase un curso, dedicaría un rato a buscar entre las referencias a los temas que formen el contenido del curso y haría una selección que cada alumno podría leer en línea, descargar o imprimir. Ahorrando así a cada alumno un buen dinero. Y concluye diciendo que si un profesor no hace esto, debe ser considerado culpable de robo o de dejadez.
Este artículo ha animado a mucha gente a contestarle (dado que no veo comentarios, supongo que lo han hecho por email privado). Un 94% de ellos muestran su acuerdo, y vienen principalmente de estudiantes, padres de estudiantes, antiguos estudiantes. El resto defiende argumentos en la línea de que el sindicato no permitiría ese cambio, que los libros de texto son buenos, que los profesores cobran poco, o están demasiado ocupados. De éstos, ninguno es de usuarios de libros de texto.
Le han hablado de [en] Flatworld y de [en] Quirk. Yo añado [en] Motion Mountain (traducción parcial al español). El primero reúne diversos textos académicos; no sé nada sobre su calidad o amplitud. El segundo enlace permite descargar gratuitamente un libro sobre eMarketing, también a la venta en papel. Y el tercero es el proyecto de una asociación sin ánimo de lucro, cuyo propósito es "realizar una introducción a la física sencilla, amena, motivadora y actual". A éste le eché un vistazo y, dentro de lo atractivo que puede ser cualquier libro de física, tiene buena pinta.
Yo creo que el conocimiento "básico", el que debe aparecer en cualquier libro, ya ha sido escrito suficientes veces. Y si aún no hay ninguna versión de dominio público, seguro que hay mucha gente dispuesta a escribirla. En este sentido, y dentro de las ciencias puras, no veo impedimento a la creación de "el libro". Posiblemente habría que disponer de una organización de referencia, que lo supervisara y diera su visto bueno; supongo que ya se hace algo parecido con los libros actuales.
Las ciencias de carácter más social empiezan a ser más complejas. Pienso en libros de historia, ciencias sociales, o incluso geografía. Escribir "la verdad" sobre estos asuntos es más difícil, pues dejan mayor lugar a opiniones o ideologías.
Ignoro cómo se podría avanzar en este sentido. No sé qué se necesita para que un libro sea elegible como texto de referencia. Lo que parece claro es que hay muchos intereses en este sector, así que no será un camino fácil...
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