Al hablar de lo poco "atractivo" que resulta el precio del Toyota Prius, en dos concesionarios de dos visitados he oído la misma frase, habitual también según leí en km77.com.
Dicen que fabricar un Prius cuesta entre 50.000 y 60.000 euros. Dado que su precio oficial es de entre 24 y 26.000, resulta que Toyota pierde dinero. ¿Cómo es esto posible?
Aunque huele mucho a quitarle hierro al precio, salí con cierto convencimiento. Básicamente, el Prius sería un "escaparate" de una serie de tecnologías patentadas que Toyota espera poder vender a otros fabricantes. De hecho, según ambos concesionarios, "han vendido la tecnología híbrida (entiendo que el derecho de uso) a Porsche". Curioso candidato, por cierto.
Pero pensaba yo... ¿no se supone que vender bajo coste está prohibido por las leyes de antidumping?
Y busco más y encuentro un hilo en un foro donde hablan de estos temas. También comentan que se percibe escasa la publicidad que Toyota hace de este coche.
Las sospechas van en la línea anterior, y más aún: Toyota no estaría interesado en conseguir una posición muy fuerte, para dejar mercado a otras marcas y que éstas puedan vender sus coches con los motores Toyota. Y pasado un tiempo de gracia, o una vez que la producción en masa abarate aún más el coche, lanzar la campaña agresiva.
También dicen en otra página que GM denunció a Toyota (y a Honda, fabricante de otro modelo híbrido) de vender bajo coste. Pero del resto del artículo se deduce que tal vez fuera así al principio, cuando el montaje era casi artesanal, cosa que no ocurría ya en 2003, cuando eran capaces de fabricar un Prius por minuto.
En fin, el precio es el que es. Lo que sí dejaría con mala cara a los actuales propietarios es, como dicen en el foro citado, que otras marcas juntasen la tecnología híbrida del Prius con la gama de equipamiento que éste no incluye, ni puede incluir.
2 comentarios:
Lo cierto es que el artículo es absurdo, supongo que por eso nadie se ha dignado a contestar.
¡Bien, mi primer troll!
Anónimo, disculpa la etiqueta si no era esa tu intención, pero una crítica como la que tú haces, puro descalificativo sin ningún argumento, no se merece otro nombre.
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