Hace unos días que nació un blog, en el que se narrarán las experiencias de alguien que ha venido a Madrid y busca piso (el desaparecido debajodeunpuente.wordpress.com).
En uno de los posts cuenta, entre sorprendido y asustado, su encuentro con una "gestora de inversiones", que le vende un piso de VPO. Por supuesto, a precio de mercado.
Es una práctica que, por desgracia, no resulta demasiado sorprendente. O porque, como se desprende de los comentarios, los propios constructores se guarden algunos pisos para venderlos después, o porque incluso los afortunados a quienes se adjudica una de las viviendas la intenten vender después.
He conocido alguno en estas circunstancias, que se justifica diciendo que, de otro modo, no podrían acceder a otra vivienda de precio libre. Pues vaya, qué le vamos a hacer. Al menos tienes ésta, cosa que no podrán decir otros.
También la gente, en los comentarios, le recomienda de forma unánime que se apoye en la ley y entre a saco. Que denuncie e intente hacerse con el piso al precio tasado. O que fuerce la situación, firmando un contrato de arras y consiga, al menos, la señal puesta si al final no le venden. Aunque, claro, no creo que el vendedor firme nada.
Yo he tenido alguna experiencia no con vivienda, pero sí con plaza de garaje. Lo de "cuesta tanto, pero escrituramos por la mitad y el resto en B, ya sabes cómo funciona esto". Pues sí, sé cómo funciona, pero no; me parece mal, y quiero escriturar por lo que es. Sí, aunque tenga que pagar más impuestos, ya me lo ahorraré en la plusvalía si un día lo vendo. Además de que, si lo hacen otros, me afecta, y no voy a pedir que hagan lo que no hago yo.
Y he dado la tabarra, y lo he conseguido. Supongo que quien vende no sabe con quién está tratando, y ante el riesgo de que alguien levante la mano y señale, y llegue Hacienda y meta las narices y descubra no ya lo de mi plaza, sino lo de las otras que hayan vendido, prefieren transigir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario