Tiene ya unos cuantos días [en] este post, que me dejó con ganas de escribir algo al respecto. Y por fin me lanzo, después de oír esta mañana que "El Gobierno concederá una moratoria del pago de hipoteca a desempleados y autónomos" (enlace).
En el artículo de octubre, su autor se preguntaba si no sería buena idea dejar de pagar la hipoteca. Habla de los planes de disponer de dinero público para ayudar a los propietarios. John McCain habla, más concretamente, de recomprar hipotecas y ayudar a los "propietarios en apuros" a renegociar un interés razonable y fijo. Incluso renegociando el importe para tener que pagar no lo que se deba, sino sólo lo que valga la propiedad.
Entonces el autor se plantea qué ocurre con quienes lo han hecho bien. Él, por ejemplo: compró su casa hace bastantes años, con una hipoteca bastante apañada. Nunca ha dejado de pagar, aunque a veces haya sido difícil. No ha refinanciado ni usado su vivienda como fuente de dinero.
Ahora su vivienda vale un 15% menos que cuando la compró, y tendrá suerte si no pierde dinero cuando la venda. Piensa incluso en alquilarla, y alquilar él mismo otra más grande.
Pero se plantea también otra opción: ¿y si se queda en su casa y deja de pagar la hipoteca? De momento, no le echarán. Habrá una moratoria sobre los embargos, así que puede guardarse el dinero en el banco y ahorrar para una nueva casa.
También, si deja de pagar, pasará a la categoría de "propietario en apuros". Lo que significa que el Gobierno vendrá al rescate. Su deuda se reajustaría al valor de su casa, y probablemente a un menor interés.
Todo esto son ideas, supongo que la cultura de "hacerlo bien" es tan fuerte que esta opción no es planteable. Pero cuesta aceptar que el sistema premie a quienes no han hecho lo más conveniente. No había obligación de endeudarse más allá de las propias posibilidades. Ahora, la gente que lo hizo, recibe ayuda.
Obviamente, hay excepciones. Hay gente que, habiendo hecho cosas razonables, ha perdido el trabajo, o que por cualquier otro revés de la fortuna ha visto aumentar sus gastos de forma anormal. Pero los que se han endeudado hasta las cejas, los que buscaban dinero rápido, los pasapisos... que apechuguen.
Volviendo a España: aquí, al menos, se restringe el ámbito de los posibles beneficiarios. Las condiciones parecen razonables, pero seguro que no falta quien exprima la ley en beneficio propio, como con las ayudas de alquiler.
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