Continúa la historia iniciada en el post anterior. Ya decidido, aprovecho otro de los puntos fuertes que Simyo destaca de sí mismo: tener una web estupenda, desde la cual se puede hacer de todo. Así que a mediados de octubre intento solicitar la portabilidad en la web. De entrada, misión imposible: tras rellenar datos en cuatro o cinco pantallas, al final siempre termino en una pantalla de error. Pruebo a distintas horas, distintos días. Hasta cinco días.
Me pongo en contacto con ellos, usando la pantalla correspondiente. Veo que una de las posibilidades es enviar un email, y eso hago. Espero cinco días, sin respuesta. De hecho hace un mes del email, y sigo sin respuesta.
Dejo el tema algo olvidado, ya probaré otro día (u otro mes). Pero veo que en su blog publican un post con oferta y me asomo de nuevo. No sé qué tenía este post que no tuvieran otros, pero escribo un comentario contando mi experiencia (incluyendo la falta de respuesta al email). El móvil que quería comprar ya no está disponible pero, en fin, me quedaré el que ofertan. Como esperaba, en cierto modo, el post no pasó la moderación. Juro que fui muy correcto, no dije tacos ni me metí con nadie, sólo conté mi experiencia. Pero aún no he visto el comentario publicado, ni he recibido ninguna respuesta privada tras el comentario.
El jueves 13 llamo por teléfono; tras un rato de espera me atienden. El sistema no funciona, pero me toma nota en un cuaderno y ya lo pasarán. Que mejor que vuelva a llamar para confirmar que todo va bien. Como me voy de viaje, no llamo. Dejo la dirección de entrega del móvil. Según dicen en la web, tardará entre 2 y 4 días, así que es la de mis padres. Que, además, "siempre" están en casa.
Lunes, 24. Tras volver de viaje, he llamado a Movistar. Me enviaron un mensaje diciendo que habían recibido la solicitud de portabilidad, que llamase al número tal. Y luego me llamaron desde ese número, pero como son capaces de cobrarme el tramo internacional, no les hice caso.
De nuevo les cuento mis penas y me ofrecen rebajarme durante un tiempo el consumo mínimo. Ni me molesto en pedir detalles salvo para confirmar que no es una ventaja permanente sino temporal. Y para que no me vaya, sólo se les ocurre contarme que los ventajosos planes que tengo (Mi Favorito, Mis Cinco) ya no existen, así que no podré volver a contratarlos. Tampoco el Módulo Familiar (un rollo que me colocaron al darme de alta, que no ha servido de nada y que, con el cambio de condiciones, tenía toda la pinta de que en cualquier momento me empezarían a cobrar). Pues hija, qué se le va a hacer. Lo mismo cuando los pongáis de nuevo me vuelvo. Pues nada, me mantienen 24 horas las condiciones y me cambian el 26 a las 2 de la mañana.
Lo cual ahora es un pequeño problema, porque aún no he recibido el terminal que pedí. Hablo con simyo, tras una larga espera. Y se me corta. Consigo hablar de nuevo con alguien. Pasarán una nota a expediciones (o sea, que en efecto, no han enviado el terminal) y mientras estamos reconfirmando todo, se corta. Los cortes se deben, probablemente, a la edad del teléfono que tengo con una tarjeta de prepago de simyo, con la cual llamo. En fin, espero que sea suficiente.
Ya en casa llamo de nuevo. Hasta las 23:00, según la web, están. Son las 21:00 y, tras media hora de música clásica, cuelgo. O todo el mundo espera a esta hora, o el teleoperador está cenando. De todos modos, salvo que vaya el mismo teleoperador a llevarme el teléfono, no llegará. El punto 3 de su manifiesto debe de tener algún matiz que se me escapa...
Quiero pensar que, al igual que con las otras dos compañías, tendré que hablar con ellas muy pocas veces. La web, en este caso, está bastante apañada; veremos qué tal tras un uso más intensivo. Pero si quieren dar la imagen de que son distintos, la están consiguiendo. Es la primera ocasión en que llamo a una puerta como nuevo cliente y no encuentro más que pegas. Las otras compañías, al menos hasta que eres cliente, te tratan de maravilla, te atienden rápido, todo son facilidades. Los de simyo, sin embargo, muestran con orgullo lo fácil que es darse de baja. Un click en tu área personal y, en 24 horas, fuera. ¡El mundo al revés!
Próximamente, el desenlace.
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