2009/05/18

Ayudas al automóvil, voces en contra

Ya he escrito algo sobre las reservas que tengo acerca de las subvenciones a la compra de coche nuevo. Por el apoyo que suponen a un modelo de transporte y desarrollo basados en el automóvil, y también por ir más orientadas a que se compre sin más, y no a rebajar la edad media del parque, o el nivel medio de emisiones.

He visto dos opiniones muy críticas en este sentido. Una de ellas viene de P(A)T, Asociación para la Prevención de Accidentes de Tráfico. No tengo el enlace porque el documento lo he encontrado en una lista de correo, tal vez remitido sólo a los suscritos, o previamente a su publicación en el sitio web. Dice:

Hay muchas voces que se llenan la boca con la necesidad de ayuda [...] al sector de automoción.

Hace también algún lustro que P(A)T ha indicado que el sector del automóvil no estaba al día con sus productos. Tanto en temas de seguridad vial como en el ambiental dejan mucho que desear.

La industria se ha dedicado a fabricar y vender sin incorporar una responsabilidad social en sus productos. [...] Y ahora piden ayuda – solidaridad de la sociedad ante cual no han demostrado ninguna co-responsabilidad.

Hay una cierta lógica en ayudar a no perder empleos. Pero mantener empleos en sectores de fabricación que no adaptan sus productos a la necesidad de la sociedad tiene gotas de perversión.

[...] Si hay que ayudar sería conveniente que la sociedad premiara la venta de coches que se adaptan más al futuro de una sociedad de una movilidad más humana – una movilidad que garantice una pequeña mejora en los consumos de combustibles, en las emisiones y en seguridad.

La otra procede de Greenpeace, y lo cuentan en una página web que invita a la acción. La Ciberacción (así lo llaman) se titula "No quiero pagar por el coche de mi vecino". Y lo que cuentan:

Las ayudas a la venta de más coches no son eficaces desde el punto de vista económico, son la mitad de eficaces a la hora de crear puestos de trabajo que las inversiones en transporte público y mantienen la dependencia del coche y sus emisiones.

Hay medidas mucho más justas y eficaces que unas ayudas directas a la venta de coches para hacer que la flota de turismos española se haga más verde:

  • Antes de todo, que toda ayuda o medida de apoyo se haga en referencia a unos vehículos que emiten menos de 110gCO2/km, para asegurar un incentivo para que la industria se adelante a las obligaciones de la Directiva Europea en materia de eficiencia en el uso de combustibles de los turismos (consistentes en reducir la media de emisiones a 140gCO2/km, cifra prometida para 2008).

  • Poner en marcha una fiscalidad verde que internalice los costes ambientales de los vehículos primando automáticamente a los más eficientes y menos contaminantes. Un ejemplo puede ser aplicar al impuesto de circulación una tarifa en función de tramos de emisiones.

  • Poner ayudas a disposición de los ciudadanos que deseen deshacerse de su coche y pasar a medios menos contaminantes.

El tercer punto no contribuirá a que la flota de turismos sea más verde (salvo que consideremos que, si hay un coche menos en ella, su contaminación será menor). El primero me parece básico y, el segundo, el camino a seguir a medio/largo plazo.

Sólo si los costes externos asociados al uso del automóvil dejan de ser externos, repercutiéndose directamente al usuario en función del uso, seremos conscientes de lo que significa utilizar el coche.

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