2010/12/20

Jamonjamonja...

Hace unos días aparecía la noticia de que han denunciado a un profesor por hablar de jamones ante un alumno musulmán. Por lo que se ve, el profesor, que da clase en la Línea de la Concepción, puso como ejemplo de algo a Trevélez, y lo bien que se crían allí los jamones.

El alumno le hizo saber que se sentía ofendido por la mención del jamón, y le pidió que no lo mencionara, por respeto a su religión. El estudiante, "tras salir de clase lo comentó en su domicilio y los padres, sin acudir al centro ni consultar con los profesores, decidieron interponer una denuncia ante la Comisaría de la Policía Nacional y el juzgado".

Me gustaría oír la versión que puedan dar ellos. Pero aun así no se me ocurre qué podrían decir para que este asunto dejara de parecerme ridículo.

Si admitimos esto entonces, cuando el chaval vaya por la calle y pase frente a un Museo del Jamón, denunciará y pedirá el cierre del local. Si en la tele aparece un anuncio de Campofrío, denunciará... no sé a quién, tal vez a la emisora, por emitir contenidos no adecuados en horario infantil.

Me parece bastante intolerante convertirse en víctima por ser expuesto a algo completamente normal, dicho sin ánimo de ofender, y desde luego sin personalizar.

Ay, si todos fuéramos así de rápidos cada vez que vemos algo que nos ofende...


Zapeando, he visto esta mañana que Khadija, la madre del alumno en cuestión, estaba en el programa de Ana Rosa. La señora tiene muy claro que ha denunciado un ataque racista, y que el siguiente paso, desestimada la denuncia, fue el Defensor del menor (donde creo que tampoco le hicieron mucho caso). Parecía ofendida porque, tras la denuncia, el profesor no fuera a hablar con ellos sino que fuera directo a los periódicos.

Personalmente, me parece una invitada muy adecuada para este tipo de programas de los que 10 minutos han bastado para reforzar mi convicción de que no merece la pena verlos.

Veo una explicación más completa en El País y, sobre todo, en este post.

2010/12/09

En estas navidades...

No seas perro, adopta

Si vas a llevar una mascota a tu casa, salvo que busques un animal "útil" (lo cual sería posible si eres cazador, policía y demás, o ciego), ¿qué sentido tiene gastarse un pastón porque sus ascendientes sean de rancio abolengo? Aprovecha para hacer feliz a alguno de los animales que hay en refugios, seguro que tienes alguno cerca.

Si vives en Valencia, la sociedad a la que pertenece la postal tiene su sede en C/ Garrigues 2, 12.

En Madrid, entre los más conocidos están El Refugio o El hogar de Luci.

Más información, en wikipedia o incluso google.

2010/12/02

Renfe cuida de sus pasajeros

15:05, hace un par de días. Me dirijo a Madrid en Cercanías, como todos los días. A la altura de Villaverde Bajo, el tren se para más tiempo de lo habitual. Al cabo de un rato alguien dice que una persona se ha puesto enferma, y que el tren tiene que esperar a que llegue una ambulancia, lo atiendan, etc.

Pasan unos 20 minutos, en los que (para mi extrañeza) no pasa ningún tren de la otra línea que hace el recorrido hasta Atocha, de modo que el primer tren en salir, como anuncian ahora por megafonía, es el siguiente de la misma línea. Cambios de vía, escaleras arriba y abajo, y abrirse paso entre la gente que, por lo que parece, no tiene nada mejor que hacer que un corrillo alrededor de la puerta donde estaba el pobre hombre, entorpeciendo el paso a los que queremos seguir viaje e, incluso, al propio SAMUR.

Mientras espero, se me ocurre alguna idea. De entrada, me llama la atención que la suerte de una persona pueda torcer el plan de todas las otras que iban en el tren. ¿No podrían haber bajado a esta persona, y que siguiera el tren su recorrido? Esta me la pienso mejor, y considero que sin saber en qué estado estaba esta persona o el tratamiento que necesitaba, como idea es poco afortunada.

La otra es que veníamos en composición doble (de Civia), y el enfermo viajaba en la unidad de atrás. La ocupación era baja, así que habría sido más que factible desacoplar las unidades y seguir viaje en la primera. Entiendo que eso puede ser un lío de logística para RENFE, pero si lo tuvieran previsto no debería ser para tanto.

2010/12/01

Inmundicias y aire puro

He terminado hace poco el libro "Ladrones de tinta". Su argumento nos muestra cómo un joven trata de cumplir el encargo de averiguar quién escribió la "segunda parte" de El Quijote, firmando como Avellaneda. Toda la acción transcurre en el siglo XVII, época de Cervantes, Quevedo, Lope o Góngora. De todo el libro, me resulta muy simpático este pasaje:

... me encontré al mismísimo Don Gaspar manteniendo una discusión con dos tipos que intentaban cargar en un carro a un burro muerto.

- ¡Pero qué hacéis insensatos! -decía el científico-. ¿Quiénes os habéis creído para privar a Madrid del beneficio de esa podredumbre?

...

- Oiga, señor médico ... Su excelencia acaba de pasar por aquí y le ha molestado el olor de esta bestia muerta, ¡qué quiere que le diga!

- Así van los pueblos. ¿Su excelencia ignora que el aire de Madrid es tan puro que si no fuera por esas inmundicias que lo neutralizan moriríamos todos con los pulmones abrasados?

2010/11/26

Delgados, pero no mucho

Hace unos días hablaba con un compañero sobre el IMC, dónde están los límites de la delgadez sana y dónde empieza la excesiva.

Buscando, y siendo como es esto de internet, que sabes dónde empiezas pero no dónde acabas, llegamos a un artículo titulado "Expertos franceses concluyen que prácticamente nadie está con su pareja ideal". No parece muy sorprendente; lo más sorprendente es que aún haya quien dedique dinero a realizar estos estudios. Si lo único que demuestra es que las características que buscaríamos en nuestra pareja ideal no siempre están en la que termina siéndolo, pues no hay mucho de interés.

Donde empieza lo interesante, hasta el punto de llevarnos a la carcajada y hacer que todo el mundo de la sala se acerque a mirar, es al afirmar que "se concluyó que el hombre delgado ideal para las mujeres mide 1,78 (aunque esta cifra es muy variable), pesa entre 52 y 109 kilos (con un promedio de 75) y tiene un IMC de 19". Y claro, nos preguntamos cómo serán los gordos...

Por otro lado, es posible que se trate de un caso de Malaprensa. Dice de los más obesos que su IMC rondaría un 34, que es el resultado para una persona de 1,78m y 109 kg de peso. Y por otro lado, las cifras son extremas: podría ser que una mujer, tal vez obesa (tal vez no) buscara una pareja de 109 kg, y aún lo tendría por delgado, sin que eso fuera representativo de nada.

En fin, para unas risas, al menos, sí valió.

2010/11/22

Concursos de ortografía

No es la primera vez que protesto por la poca atención que se presta al correcto uso de nuestro idioma.

Y en alguna ocasión me ha resultado curiosa la afición que tienen los angloparlantes por los "[en] Spelling contests", lo que para nosotros podría ser algo parecido a hacer dictados. Hasta el punto de que el que se tiene por primer concurso televisivo de la historia fue precisamente "Spelling Bee", con concursantes adultos, emitido por la BBC el 31 de mayo de 1938.

Y me entero hoy de que en España, si bien no gozan de tanta popularidad (si es que gozan de alguna) hay cosas parecidas. Se trata, nada más y nada menos, de la edición 11ª del Concurso Hispanoamericano de Ortografía. Organiza el Ministerio de Educación español, con colaboración de la RAE y Fundeu BBVA.

Aunque el artículo se centra en las palabras "difíciles", supongo que no se trata de deletrear palabras sueltas, sino en un dictado. De otro modo, no sería lógico que la ganadora dijera que tuvo suerte para escribir correctamente la palabra "corveta".

Las palabras que le dieron la victoria fueron provicero y adarve.

En fin, reconozco que no me parecen precisamente lo más emocionante que uno pueda encontrarse, pero seguro que sí son más interesantes que muchas de las cosas que podemos ver en cualquier cadena de TV. Y si sirve para que algunos chavales se tomen en serio lo de la ortografía, para mí ya es un éxito.

2010/11/19

¿Qué esperan los empresarios de los universitarios?

¡Casi un año! Lo dejas, no sabes si para un mes o para siempre. Y un día lees un artículo y, sin más, apetece escribir al respecto. Y luego ya veremos.

El artículo se titula El universitario perfecto que se rifan las empresas españolas. Partiendo de un estudio con datos de "seleccionadores de personal de las compañías que mayor número de jóvenes titulados contratan en 20 países de todo el mundo", se centra en las respuestas dadas por los empleadores de empresas españolas. Y si bien por una parte me resulta bastante "normal", no me extraña lo que leo, por otro lado lo encuentro algo descorazonador.

En general no importan demasiado las calificaciones obtenidas (sólo un 15% las considera el dato más importante). Cuentan más la especialización dentro de los estudios, la experiencia compaginada con los mismos, e incluso la universidad en que se han cursado.

Se valoran más las competencias que la personalidad y los conocimientos (que alguien me explique hasta qué punto hay competencia sin conocimientos). En otros países, la personalidad es lo primero.

Más allá de esto, los aspectos más valorados son la habilidad para trabajar en equipo (71%), actitud flexible y capacidad de adaptarse a las circunstancias (65%), facilidad de aprendizaje (59%), habilidades comunicativas y para las relaciones personales (46%), entusiasmo y actitud positiva (42%), y organización y capacidad para marcarse prioridades (35%).

Seamos malos y releamos: facilidad para apañarte con los compañeros y preguntar lo que tus jefes no te cuenten, disponibilidad para ser "chica para todo" y hacer cosas distintas de las que te dijeron, buscarte la vida (en cuanto a conocimientos y a lo que puedas necesitar en tu trabajo), motivarte tú solo y, como todo es para ayer, ser capaz de adivinar qué es lo realmente urgente. Seguro que soy demasiado malo y no siempre es así pero, en algún caso, seguro que sí.

¿Y qué es lo que menos se valora? La habilidad para trabajar de manera independiente y autónoma, y la capacidad analítica y la visión global no salen bien paradas. Podría ser que alguien especialmente competente en su labor y con cierto ojo pueda tener ideas propias y no aceptar las que le imponga su jefe o, directamente, hacerle la competencia.

Pero en lo más bajo están la puntualidad y el respeto por el tiempo de los demás, el autocontrol y la cortesía, el espíritu emprendedor, la precisión y la atención al detalle, la curiosidad y la creratividad, y la integridad y los principios éticos.

Probablemente los empresarios (o personal de RR.HH.) tendrán sus razones, que desconozco. En función de lo que sé, sólo puedo decir que así nos va...

¿Aún pensáis que estaba siendo malo antes? ¡Alex, socorro!